viernes, 15 de marzo de 2019

INOCENCIA






  Aún recuerdo como si fuera ayer, el día que me enteré de tu llegada. Sentada en la sala de espera de la Clínica, con los nervios a flor de piel. El médico se me acercó y me entregó un sobre cerrado. No sabía si abrirlo o romperlo directamente. Pero tenía que salir de las dudas de una vez por todas.
  
  Al abrir el sobre, sentía una leve contradicción, no sabía si llorar o reír. No porque fuera una mala noticia, simplemente con las circunstancias que había tenido durante todo ese tiempo. 

  
  Mi primera decisión fue ir a hablar con tu padre. Saber cuál sería su reacción y que resolución tomaba. En el momento en que leyó los resultados, se puso contento y a pesar de eso, le di la opción de seguir o no conmigo. No quería que solo fuera por una obligación, sino porque realmente me quería a su lado.
  
  Al día de hoy, aún pienso porqué decidió quedarse con nosotros; porque en 13 años que hemos estado juntos, jamás demostró un interés de amor, confianza, ni apoyo a su familia. Era tan insegura y estaba tan ciega, que no fui capaz de ver todo lo que me venía encima. Pero así es cuando uno está enamorado, no ve más allá de sus narices.
  
  Todo fue a peor, cuando llegó el momento de hablar con tu abuelo, para contarle las buenas noticias, por así decirlo. Porque para mí lo eran. Pero mi padre, ya no fue el mismo desde que mi madre lo dejó. Y aunque yo entendía su situación, jamás comprendí como dejó que todo esto le afectara y ese cambio tan brusco en su forma de ser.

  Sentados en el sofá, yo esperé un momento para que tu padre comenzara a hablar, pero como no fue así, empecé a contarle a mi padre lo sucedido. El con la parsimonia que tenía y esa forma tan relajada de hablar y tomarse las cosas, de la mejor manera posible, me respondió que él se encontraba en una situación, en la que no nos podía ayudar económicamente, ni mucho menos sentimentalmente.

  Me quedé de piedra, porque lo único que yo esperaba en ese momento, es que se sintiera feliz por mí y que de alguna forma, este bebé nos traería alegrías y vida a nuestro hogar.  Ya que después de que mi madre se marchara, íbamos todos un poco a la deriva. Regresé a ver a tu padre, esperando que dijera algo, cualquier cosa, pero nada. Tenía las manos entrelazadas y la mirada fija al suelo. Lo único que hizo fue, levantarse e irse.

  Al día siguiente fui a buscar a tu padre, para saber cómo estaba y hablar de lo sucedido, porque al final era una decisión nuestra y teníamos muchas cosas por hacer. Cuando llegué no quiso hablar conmigo, es más no quería ni verme, pero insistí en que lo hiciera.

_Es tu culpa, todo esto es tú culpa.

  Fue lo que me dijo y me pidió que me fuera. Le contesté que no era justo y le pregunte ¿porque era mi culpa? Como vio que yo no me iba, que esperaba una respuesta, cogió la puerta y se fue. Me quedé de pie en el salón, llorando. Todo comenzó en ese momento y tenía que haberme dado cuenta, de lo que vendría más adelante.

  A la semana hablé con tu abuela por teléfono. No estuvo de acuerdo en que me casara. Me sugirió que viviese con él y el tiempo dirá si nos casábamos o no. Ella pagaría el departamento. También se le ocurrió la idea de que me fuera a España con ella. Pagaría los pasajes y estaríamos mejor. Pero yo no lo veía claro, no quería abandonar a mis hermanos, tampoco dejar a mi padre.

  Las peleas eran constantes, por cualquier motivo. Los meses pasaban y él no había buscado aun un departamento, ni un trabajo. Yo seguía viviendo con mi padre, quien a pesar de todo, seguía a mi lado. Era una situación difícil y no me parecía justo, pero tampoco decía nada. Estaba sumida en mi dolor y mi casa estaba en un caos total.

    Al final mi madre y él me convencieron de ir a España. Ella me dijo que estaría mejor, que estaríamos juntas. Pero todo fue peor. Yo me sentía completamente sola, no tenía con quien hablar y tú seguías creciendo, al mismo tiempo que yo. Nos tomamos muchas fotos, sonrientes y muy bonitas. Pero toda fachada por su parte, risas falsas, modestias hipócritas y machaques constantes.

  Aún recuerdo la última vez que me humille ante él. Nos quería abandonar, en un país extraño, donde no tenía amigos, porque según él estaríamos mejor solos. En qué cabeza cabe decir algo así y más aún a quien se le ocurre, arrodillarse, rogar, suplicar y engancharse a su pierna, cual delincuente hubiera cometido un delito, por el que no quiere pagar.

   Me parece penoso recordarlo ahora, después de 17 años y siento vergüenza ajena. Es increíble como una persona te puede manipular de esa manera y eliminar toda voluntad que hay en ti. Hacerte sentir que no vales nada, sino es con él, por él y para él.

   Con el tiempo fui dependiente, a una vida de ofensas, agravios y sufrimiento. Pero tú, eras mi vía de escape. Esos momentos solo eran nuestros, cuando ponía música y cantaba para ti. Cuando con mis lápices de colores, dibujaba esas caricaturas, que luego puse en la pared, para adornar nuestra habitación. Cuando me sentaba en el sofá y me comía de una sola sentada un litro de helado. Cuando comenzabas a moverte, como si estuvieras en un partido de fútbol y yo tenía que respirar profundo para no ahogarme.

  Los médicos siempre te dicen que tienes que estar tranquila, que no comas mucho (es un mito, el tener que comer por dos), intentes caminar una hora al día, nada de bebidas con gas, más fruta, más verdura y para terminar, complementar tu dieta con Ácido Fólico. Ese es nuestro gran problema de estreñimiento, el “Ácido Fólico”. El que nos ha dejado secuelas después de los embarazos, el gran culpable de todo.

  Cómo iba a dejar de comer, ese era nuestro aliado, el compañero de nuestras pláticas. El que consolaba por un momento nuestras tristezas. Por el que tú me despertabas cada noche, con esos movimientos, que pensé que serías un contorsionista. Muchas veces llegué a pensar, que me habías cambiado de sitio todos mis órganos. Porque te montabas cada juerga, que tenía que dormir sentada para poder respirar y no tener ardores.

  Extraño esas sensaciones. Extraño ver tus movimientos, el relieve de tu manito en mi piel. Extraño escuchar los latidos de tu corazón, en cada ecografía. Extraño esos momentos de intimidad, que eran solo nuestros. Nadie más podía escuchar nuestras conversaciones, ni escuchar nuestros llantos, ni sentir nuestro dolor. Extraño nuestras siestas, momentos en que nuestra respiración era una sola.

  Recuerdo con exactitud el momento en que decidiste por fin salir de tu mundo. La noche antes sentimos un asco tremendo, a ese pollo asado que estaba más bueno que el pan. Nos acostamos temprano y a las 2 de la mañana, nos levantamos porque me estaba haciendo pis, pero no pude llegar al baño. Puse una toalla a los pies de la cama, no era normal, no paraba de salir y me asuste.

  Me duche tranquilamente y desperté a mi madre. Su marido pegó un brinco de la cama, comenzó a correr de un lado a otro, con esos calzones que antiguamente se llevaban, largos como un peto.  No podía parar de reírme, ante semejante escena, era el que más nervioso estaba. 

  Cuando llegamos al hospital, esperamos 10 minutos y pasamos a quirófano. Sabía ya que era una cesárea, pero estaba muy nerviosa, es algo que no podía evitar. Cuando me pidieron sentarme a la orilla de la camilla, mis piernas se movían por inercia, más aún cuando vi la jeringa, ese pedazo de aguja me nubló hasta la vista. Me recostaron, me ataron los brazos, pusieron una cortina para que no pueda ver más allá de mis pechos y el anestesista empezó a hablarme para que pensara en otra cosa.

  No sé cuánto tiempo transcurrió, pero supe que ya estabas fuera, cuando escuché tu llanto y gritar Mamá.




  A pesar del dolor, la soledad y la nulidad como persona, me gusta recordar. Porque ya no soy ni la mitad, de esa mujer triste y endeble. Tú me diste la fuerza necesaria para enfrentar cada revés de la vida. Y Un año después, tú hermano. Sois mi vida, mi razón de ser y lo más hermoso que la vida me dio.



Objetivo: 23.- (Relata la historia de un embarazo)
Objetos ocultos: 3.- (Una jeringuilla)
11.- (Lápices de colores)
Palabras: 1449

Aquí os dejo los blogs y los twiter de nuestras organizadoras: @MUSAJUE ( plumakatty.blogspot.com.es ) y @Stiby2 ( nosoyadictaaloslibros.blogspot.com.es ), donde encontraréis las bases del #OrigiReto2019.
















12 comentarios:

  1. Me he perdido un poco. Creo que este año me van a afectar demasiado los relatos de embarazos, y nunca sé si leerlos o no, ni como reaccionar. Así que solo señalaré;

    ¿El ac.fólico deja secuelas de estreñimiento?
    ¿nació hablando?

    Cuando las presentaciones al abuelo (y en general a lo largo del relato) no sabía muy bien si el padre de la criatura estaba en escena o en otro lado (estancia, lugar externo, ausente).

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    1. Por cierto, me acabo de dar cuenta de que el comentario entro con otra de mis cuentas. Pero era mio. Ahora que estaba editando la pegatina y revisando a quienes les comenté, lo he visto. Sorry :(

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  2. Jajajaja
    El a.f siempre da problemas de estreñimiento y es una de las secuelas de los embarazos, depende del organismo de cada una.
    Y en relación al padre, físicamente estaba, pero como si no estuviera. Su interés era otro. Humillar, sentirse superior, lograr que le mantengan. Etc

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  3. Hola!:
    Qué pena todo lo que tuvo que pasar la protagonista del relato... su novio, su padre... menos mal que al final todo se soluciona. Se nota que quería al bebé antes de que naciera. Me ha gustado mucho.
    Un abrazo :)

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    1. Me alegro que te gustara. Es uno de los múltiples casos que han pasado muchas mujeres. También conozco casos de hombres que lo pasan mal, pero muy poco se sabe de ellos.

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  4. Muy buenas! Aunque en esencia no es in relato tan triste si que me ha dejado una sensación melancólica, como si la vida de esta mujer no pudiese mejorar.
    Me he confundido un poco en el párrafo en que hablas del padre de la embarazada y del marido de la misma pues a veces no sabia a quién te estabas refiriéndo.

    Pensaba que al final iba a tener peor desenlace porque no pintaba bien. Solo espero que la prota haya encontrado mejores personas en su vida.

    Un par de detalles sobre la puntuación:
    "Pero mi padre, ya no fue el mismo desde que mi madre lo dejó." la coma sobra. Fíjate que separa el sujeto del predicado. Esto nunca va a ocurrir salvo que haya una acotación que podría ir entre paréntesis como "La mujer, que era alta, se metió en el coche".

    También tienes otras que parten la frase a mitad como por ejemplo "Muchas veces llegué a pensar, que me habías cambiado de sitio todos mis órganos." (llegué a pensar que...)


    Un abrazo!

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    1. Muchas gracias Stiby, me apunto los errores, para intentar no volver a cometerlos. Es bonito aprender cada día.

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  5. ¡Wolas Chery!
    Una historia muy tierna que el título de Inociencia le va perfectamente. Haces que empatices y te pongas en la piel de la protagonista :-)

    Como pega es que en mi caso me he perdido un poco en los tiempos. Al dar información del futuro y después hablar del embarazo, terminas perdiendo la noción de lo qué está pasando. Y como veo que han comentado otros compis: la figura del padre del bebé te pierdes en si está, no... para mí ocurre por lo dicho: la cronología no se termina de ver.

    De todas maneras como el objetivo está bien y conectas con la mamá de la historia: es secundario y no lo considero mal relato ;-)

    ¡Saludotes!

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    1. Muchas gracias me alegro que te haya gustado. Mi intención es ir mejorando poco a poco.

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  6. Tengo que dejar de leer los relatos de embarazos porque en la mayor parte acabo llorando y no es cuestión. xD

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    1. Todos en un momento dado hemos pasado un mal momento. Te podría contar varias historias. Pero creo que debemos superarlo poco a poco. Es cuestión de tiempo nena.

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  7. Un relato duro, aunque tristemente es la historia de muchas mujeres. Supongo que es tu experiencia personal y me imagino que en parte habrá sido duro relatar tu historia, lamento mucho la situación que viviste, así que gracias por eso. Debo decir que cumple el objetivo más bien con pinzas: **23-Relata la historia de un embarazo fuera de lo corriente (o conciencia sobre algo poco conocido del tema), en que la futura madre sea la absoluta protagonista y no el bebé.** Y en realidad el embarazo en sí es corriente (fuera de la situación quiero decir). Así que te vas a salvar por el ácido fólico, que no todo el mundo lo sabe xD Genial relato de todas formas, me alegro de que hayas decidido compartirlo y un abrazote.

    .KATTY.
    @MusaJue

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