He buscado en internet el
significado de esta palabra, con total convicción de que no encontraría
referente alguno, más que el comentario del periodista Javier Negre hacia
Cristina Fallarás en el programa de Todo es Mentira. Pero cuál es mi sorpresa,
todo el mundo habla de ello, hasta en los periódicos y me he quedado de piedra.
Por lo que he leído, se ha
incorporado en nuestro lenguaje gracias a la Psicóloga Isabel Duque, bajo el
epígrafe “Empoderándonos desde nuestros
coños”. Todo esto programado bajo el Ayuntamiento de Palma en el marco de los actos
previstos con motivo del Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres. (ABC
25/11/2018)
Tendría que asistir a una de
sus charlas para poder entender su postura lingüística y sacar mis propias
conclusiones. Pero a día de hoy no cabe en mi cabeza esta forma de expresión,
creo que es una falta de respeto hacia nosotras mismas. ¿A donde vamos a llegar
con tanta degradación que estamos nosotras mismas imponiéndonos?, ¿en que nos
ayuda?, ¿cómo nos beneficia?. Llegaremos a un punto en que se desatará un caos
y no podremos poner medidas para remediarlo.
La lucha de género, la lucha
por la igualdad, la lucha por el valor y el respeto, se ha desviado de su
camino. Hay algo que nos diferencia de los hombres y es que maduramos antes que
ellos, somos hasta cierto punto más responsable, enseñamos valores esenciales
en la vida, impartimos amor incondicional y protegemos a nuestra familia.
Nuestra labor comienza desde
casa, enseñando a nuestros hijos a ser iguales, a respetar a todo el mundo, teniendo
los mismos derechos y obligaciones, brindándoles el mismo amor, teniendo las
mismas oportunidades de triunfar en la vida y para mí lo más importante, enseñándoles
a ser fuertes, valientes y a luchar.
No concibo un mundo donde uno
sea mejor que otro, ni donde tengamos unos cánones de convivencia, donde se nos
diferencie a unos de otros. Insisto que lo único que nos diferencia es nuestro órgano
reproductor, por lo demás valemos lo mismo y somos completamente iguales.
Seamos realistas, pensemos
antes de actuar, no nos dejemos llevar por la ola de masas que se van generando,
no nos dejemos llevar por la histeria, ni el escándalo, por los bulos, por las
conveniencias de los demás. Todos tenemos derecho a vivir de la misma manera y
sobre todo tenemos que vivir en el mismo sitio. Intentemos generar acuerdos
coherentes y factibles para todos, porque está claro que no podemos vivir el
uno sin el otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario