martes, 31 de diciembre de 2019

QUIEN ME LO IBA A DECIR



Ultimo relato del año y me despido con un gran agradecimiento a nuestras organizadoras de este Reto, he aprendido mucho y seguiré aprendiendo. Nos vemos en el OrigiReto2020.

⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄⤄

  Después de tantos años juntos juntos, la chispa se fue perdiendo, y no existían te amos, caricias, miradas cómplices, conversaciones, en fin nada. Se sentó junto a nosotros la rutina.
  
  Empezamos a tener una vida de compañeros de piso, con derecho a roce de vez en cuando y dividiendo tareas, para que los niños no se den cuenta de lo ocurrido.
  
  Cada día me sentía más sola, aparte de leer, dedicarme a mis hijos y la casa no tenía más distracción. Decidí contactar con gente a través de una página que encontré por Internet. Mi propósito era conocer gente, hablar de aficiones, sueños, en fin, tener con quien charlar.

  Ahora lo que jamás me imagine, era que me podía enganchar. Encontré toda clase de hombres y por más que busque no había ninguna mujer, me pareció extraño, claro mi ignorancia fue más grande que mi picardía. Así fue como conocí al que a día de hoy es mi pareja.

  A los días de dar vueltas, rechazar propuestas, bloquear gente y molestarme por gusto, recibí un mensaje un poco peculiar en relación a todos los que había recibido. "Si te gusta leer, las charlas hasta altas horas de la noche, las risas espontáneas y un bol de palomitas, puedes responder a este mensaje, si no es así bórralo directamente" un saludo.
  
  Respondí sin pensarlo, no se me ocurrió siquiera ver su perfil, saber si me gustaba o por lo menos conocer algo más. Después de varias horas caí en cuenta de ese detalle, así que me puse manos a la obra. Lo que más me fascinó fueron las fotos junto a sus tortugas, eran fantásticas y enternecedor.
Pasamos varios días hablando, intercambiando lecturas, películas, ciudades que queríamos conocer, tipo de música, comidas que sabíamos preparar, en fin, lo que nos gustaba en realidad.

  Hasta que llegó el momento crítico, pedirme salir, vernos por fin las caras y conocernos un poco más. Sin pensarlo acepté, pero luego sentí que no era una buena idea. Por mal que estuvieran las cosas, nadie merece algo así. Tenía tantas ganas de verlo, que me dije, solo es un amigo.

  Cuando llegó el día de nuestro encuentro, me sentía fatal, tenía el cuerpo revuelto, escalofríos y sudores a la vez. Así que me acosté a descansar para poder estar en condiciones para la noche de nuestro estreno. Cuando me levanté ya me sentía mejor, deduje que sería por la adrenalina, los nervios o la sensación de hacer algo prohibido.

  Me preparo meticulosamente, escogiendo las mejores prendas para dar una buena impresión, pero lo más importante de todo, era amueblar mi cabeza, intentar no soltar preguntas estúpidas, comportarme como una adulta, ya que después de tanto tiempo pasando solo con los niños, no recordaba lo que era una cita.

  Siempre me gusta llegar con tiempo a los sitios donde voy y esta no sería la excepción, así que cuando llego, me siento en el sitio mejor iluminado, junto a la ventana, donde podía distraerme mientras esperaba y sentirme a salvo por si algo salía mal.

  Cuando lo veo pasar, me sonríe, mi rostro comienza a bombear más sangre de lo normal, cogiendo una tonalidad que me hacía sentir culpable. Se acerca para saludarme con un beso que rosa la comisura de mis labios y me quedo embobada, sin saber qué hacer. Se sienta frente a mí, me sujeta las manos y hace que me relaje, su mirada me transmite confianza y su sonrisa me llena de calma.
Pedimos platos ligeros, charlamos de cómo nos ha tratado la vida, de lo que queríamos cambiar de ella, lo que en realidad estábamos buscando y porque nos sentíamos tan solos e infelices. A pesar de que teníamos familia, unos hijos que eran felices, trabajos que nos gustaban, pero algo le faltaba a nuestras vidas, algo que no sabíamos entender, pero que en una horas de una amena conversación se iba aclarando.

  Nuestras citas eran más a menudo, buscábamos cualquier pretexto para poder tiempo para nosotros, visitamos museos, íbamos al cine, pasábamos horas en la biblioteca y siempre terminábamos nuestras sesiones en una cafetería, con risas sueños escritos en un papel y con ilusión de que pronto habría otro encuentro.

  El tiempo pasaba de una forma incomprensible, cada vez teníamos más necesidad de estar juntos, las noches se hacían eternas. Las peleas en casa eran constantes, mi esposo se distanció más aún y aunque yo sabía que estaba haciendo algo malo, no me sentía culpable. Pensaba que un engaño solo podía ser si había sexo de por medio, pero jamás Ángel me propuso ir más allá en nuestros encuentros.

  Así que al cabo de unos meses y después de tanta reflexión decidí separarme. Estaba completamente convencida, de que aunque no hubiera conocido a aquel hombre mi matrimonio se acabaría tarde o temprano y cogí al toro por los cuernos, no podía seguir con una relación así. Me hacía daño y a mis hijos también.

  Al tiempo le conté que me había separado y el me confesó que acabó con su relación el día que me conoció. Pero no quería bajo ningún concepto presionarme, me asombre de que no me dijera nada, pero me sentí feliz y dichosa. Nuestra relación podía ir más allá, pero tenía miedo de que las cosas cambiaran, de volver a cometer un error. Esta vez tenía una responsabilidad muy grande, mis hijos y no quería que ellos se sintieran decepcionados y mucho menos que me vieran con otros ojos.

  Así que nos lo tomamos con calma, seguíamos disfrutando a solas por un tiempo. Cuando decidimos contarles a nuestros hijos sobre los nuestro, fue de una forma sutil y relajada. Nos sorprendieron con la madurez con la que se lo tomaron, hasta cierto punto nos dieron su bendición. Que les puedo decir, llevamos ya 5 años juntos, uno de casados y somos felices, como el primer día de nos conocimos. Claro que hay discusiones, el demonio siempre está presente, pero también hay comprensión, risas, responsabilidades y sobre todo amor, que es el que nos mantiene juntos y fuertes.





Objetivo: 14 (Escribe una infidelidad).
Objeto oculto: 12 (Una mascota)
                         21(Un demonio)
Tiene 1010 palabras



Aquí os dejo los blogs y los twiter de nuestras organizadoras: @MUSAJUE ( plumakatty.blogspot.com.es ) y @Stiby2 ( nosoyadictaaloslibros.blogspot.com.es ), donde encontraréis las bases del #OrigiReto2019.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Canción del verano

Bueno con un poco de corte y algo emocionada al mismo tiempo, os presento mi canción del verano, se hizo lo mejor posible, pero no soy de ca...