Y listo para salir del horno, el relato de Abril, me ha costado un poco más, espero que los objetivos se hayan cumplido y más aún que os guste.
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Laura no sabía como hacer para tener una invitación al baile, era la fiesta del año. Su misión era conseguir estar en aquella gala, no conocía a mucha gente y muchos de ellos aún no le tenían la confianza suficiente, como para invitarla a un evento tan importante.
Puso el ojo en aquella muchacha, guapa, callada y la más empollona de la facultad, mientras buscaba la forma de obtener lo que quería, aprovechó el tiempo para ligar con Clara. Esperó el momento oportuno y más vulnerable, donde sabía que la conquistaría y quien sabe, le podría dar las señas de quien la ayudaría a lograr entrar en el baile.
Una vez a la semana a Clara le gustaba ir al museo, sobre todo a las obras de Da vinci. Pasaba horas admirando “La anunciación”, cogía su cuaderno y se ponía a escribir, dejando fluir aquellos sentimientos que aquel cuadro le producían. Sería una libro perfecto, no se le podía escapar nada, sabía todo sobre este artista.
Laura, sabía de su visita al museo, así que esa era la excusa perfecta y decidió buscarla allí. Cuando llegó ella, ya estaba sentada con su cuaderno, completamente inmersa en sus apuntes. No la sintió llegar, pero al poco rato los pelos de la nuca se le encresparon. Lentamente giró la cabeza y se encontró con aquella muchacha que le ponía tan nerviosa.
— Tranquila, a mi también me gusta Da vinci.
— ¿Y, porque no te había visto antes aquí?.
— Cuando llego siempre estás sentada aquí, así que me doy la vuelta y me voy, porque no quiero incomodarte.
Se sienta a su lado, sin dejar de ver el cuadro, esperando a que Clara diga algo más o simplemente le pida irse. Pero ella, cierra su cuaderno, observa a Laura con detenimiento y le pregunta.
— ¿Desde cuando te gusta?.
— Mi padre me traía cuando era pequeña y me asustaba diciendo que aquel ángel era en realidad un demonio con disfraz. Así que, las niñas tontas como yo caían en sus garras y tenía que estar siempre alerta.
— Pero el cuadro no dice eso, en realidad lo que representa es…
— Lo sé, años más tarde lo leí todo sobre él, en especial este cuadro. Así fuí perdiendo poco a poco el miedo, aunque muchas noches llega el miedo.
Clara comenzó a sentir una enorme aflicción, empezó a entender porqué le llamaba tanto la atención. Para ella sus almas se parecían tanto, como si estuvieran hechas la una para la otra. Y desde ese momento, podría contar con ella para lo que sea.
— ¿Te gustaría ir al baile conmigo?
Laura la miró a los ojos sorprendida, no podía creerse que hubiera sido tan fácil, no tuvo necesidad de decir nada y tampoco sabía como ella tenía una invitación, la veía tan simple, tan corriente. Pero daba igual, sus planes fueron mejor de lo que esperaba.
— ¿Crees que sería apropiado?. No conozco a nadie y acabo de llegar aquí, no quiero que tengas problema.
— Tranquila, podemos llevar pareja y si tú quieres puedes ayudarme con el discurso. Soy la alumna de honor.
Laura mostró una gran sonrisa y asintió con la cabeza. Mientras Clara ponía su mano encima de la de ella, Laura ya podía ver aquel trofeo en su estantería, se sentía completamente eufórica, así que la invitó a tomar un café y después a su habitación.
Llegó el día esperado, Clara estaba guapísima, parecía salida de un cuento de hadas, aunque su vestido era de lo más sencillo. Al entrar Laura a su habitación, se quedó boquiabierta, era la mujer más preciosa que había visto. Pensó que una vez todo terminara, le contaría la verdad y le pediría que vivieran juntas.
— Jamás pensé que mi princesa era de sangre azúl.
— No digas bobadas, sabes que soy de lo más normal.
Al llegar a la fiesta, todo el mundo las miraba con sorpresa y a la vez con incertidumbre. Por un momento Clara se sintió insegura, no podía descifrar las miradas, ¿Sería envidia? o ¿O pena?. Pero borró ese pensamiento de su mente y solo se disponía a disfrutar de aquella velada.
Había mucha gente importante, fotógrafos por todos lados, una periodista que entrevistaba a los presentes. Pero lo más llamativo de todo, era la decoración del lugar. Todo era perfecto, para la gente corriente, pero algo simple para un evento así.
—¿ Estás contenta cielo?
— Más que contenta, estoy fascinada.
— Me alegro, voy a por unas copas, espérame aquí.
Cuando fue a por las copas, Clara se encontró con su padre. Un hombre serio, atractivo, pero orgulloso de su hija. Ella le agradeció que la fiesta fuera sencilla. No quería que las cosas cambiarán una vez terminado el evento.
— Hola papá.
— Hola mi princesa.
— Por favor, no empieces, no quiero que la gente sepa que somos familia.
— Cariño, pero si la fiesta es para ti.
— Lo se, pero dejame disfrutar por lo menos de ella. Después, todo cambiará, dame ese último gusto.
— Muy bien, pero sabes que nuestro trato termina hoy.
Se dió media vuelta y continuó saludando a sus invitados. Clara respiró profundamente, intentando mantener la compostura. Cuando fue a por Laura, ella estaba con el Gobernador y el Conde George Coventry, riendo, disfrutando de la noche. Se quedó tras la columna, orgullosa de la mujer a la que amaba y esperaba que al final de la noche todo siga igual que ahora.
— Laura, ¿eres también alumna de la Universidad?
— Si, este año me gradúo.
— Me alegro, ¿quién es tu acompañante? o ¿has venido sola?.
— En realidad vengo sola, los chicos de mi clase son aún unos críos. Me gustan los hombres que saben realmente lo que quieren.
Clara sintió como, si una docena de dagas le atravesaran el pecho, no podía creer lo que estaba escuchando. Miró de reojo nuevamente aquella escena patética y su amor estaba coqueteando con el Conde.
Se acercó silenciosamente, carraspeo para llamar la atención del grupo y Laura dio media vuelta, muy lentamente. Estaba blanca, nerviosa, pero como buena actriz que era, mantuvo la compostura. Su cara reflejó una gran sonrisa y la saludo como si fuera una simple compañera más.
— Hola Clara, te presento al Gobernador y por supuesto el Conde George Coventry, décimo tercero de su generación, viudo y, porqué no decirlo, el hombre más codiciado del momento.
— Encantada señores, aunque debo decir que ya los conozco.
— Es verdad, perdón. Clara es mi compañera en la facultad.
— Efectivamente somos compañeras de estudio.
Se excusó, agarró a Laura del codo y la llevó a una de las habitaciones de la primera planta. Cerró la puerta con fuerza y comenzó a dar vueltas de un lado al otro, respirando, intentando controlarse.
— Así que esa fue la razón de acercarte a mí. Solo para conocer a ese Conde
— Claro que no, me gustas y mucho.
— Pero no dijiste que eramos pareja, ¿te averguenzas?.
— Creo que aún no es momento de decir nada cariño. llevamos apenas una semana juntas. Ten paciencia, quiero hacer las cosas bien.
Claro lo dejó estar, pero no se quedó muy convencida del todo. Volvieron al salón y empezó el gran baile. Todos estaban contentos, cada uno con su pareja y Laura se acercó al Conde para invitarlo a bailar.
Mientras Clara observaba con desdén aquella escena. Se dirigió al cuarto de baño, se refrescó un poco y se decía así misma, que tenía que darle una oportunidad. Cuando escucho que entraban unas chicas, todas emocionadas y hablando sin parar, ella permaneció en silencio.
— ¿Chicas os habeis enterado lo de Laura?. Escuché al Director hablar con ella. Es Laura Di Marco, la Periodista.
— Que dices, pero ¿qué hace aquí?.
— Pues supuestamente, en la Universidad estudia la hija del Conde George Coventry y esta noche será presentada a la Sociedad.
— Vamos eso no me lo creo, si fuera así lo sabríamos.
— La cuestión es que hay una exclusiva para el “HOLA” y si ella sabe antes de quién se trata, ganará el premio Pulitzer.
Clara no podía creer lo que estaba escuchando, su corazón se partió, se sintió utilizada y humillada. Lloró desconsoladamente, hasta que empezó a sentir rencor. era la primera vez que se enamoraba, pensaba que eso no se lo merecía.
Cuando ya se tranquilizó, salió al salón nuevamente, buscó a Laura y la sacó a bailar. La miraba fijamente, le sonreía, pero su sonrisa era de dolor.
— Cariño, estaba pensando que yo no sé nada de ti y tu ya conoces algunos de mis secretos. ¿Por qué no me cuentas algo?.
— ¿A qué viene eso ahora?, creo que no es el momento.
— Cualquier momento es bueno, al menos que haya algo que no quieres que sepa.
— No tengo secretos. Me crié en un pueblo pequeño, a las afueras de la ciudad. siempre fui inquieta y mi madre me decía que servía para investigar. Así que aquí estoy.
— Pero hay muchas formas de investigar, ¿cómo te dió por la ciencia?.
— Mi madre murió de cáncer, así que esa es la razón.
Era perfecta mintiendo y aunque Clara sabía ya la verdad, se vio tentada a creerla. Una persona no puede inventarse semejante barbaridad. Pero lo que no sabía era que Laura sería capaz de cualquier cosa, por lograr su objetivo.
A pesar de tener su corazón dividido, Clara se acercó al Conde, para avisarle de la infiltración que había. El la observó y encontró tristeza, tuvo ganas de abrazarla, pero se contuvo y tomó cartas en el asunto.
Laura se encontraba fuera, hablando por teléfono mientras se fumaba un cigarrillo, sin darse cuenta el Conde se encontraba tras el abeto, escuchando sigilosamente la conversación.
— Estoy dentro, no me a costado mucho conseguir una invitación. Pero he tenido que mentir descaradamente. Sabes que no me importa, todo se solucionará cuando acabe esta noche. Si engatuso un poco al Conde, seguro que canta antes de la anunciación.
— No soy bueno para el canto Laura, pero puedo intentarlo si quiere.
— Ccconde, no sabía que estaba allí escondido. ¿Suele espiar a sus invitados?
— En realidad me escondo para hacer lo mismo que usted, echar un cigarrillo.
— A su edad no creo que tenga que esconderse. Vivimos en pleno siglo XXI.
— Lo sé, pero no puedo dar una mala imagen y mucho menos dejar mal a la gente que quiero.
Sin mediar más palabras, el Conde dió media vuelta y entró nuevamente al salón. Dió orden al guardia de registrar a Laura antes de volver a entrar y requisar cualquier artefacto electrónico. Pidió que sean minuciosos, no quería fallos.
Laura se sintió indignada, había perdido toda posibilidad de lograr aquel premio. Pensó que lo único que le quedaba era Clara. La buscó, tenía que darle una explicación y decirle que la quería. Pero cuando la encontró, no fue capaz de decirle la verdad, simplemente le dió un beso.
Las campanas sonaron, el salón entero estaba alerta de lo sucedido. al finalizar, el Conde agradeció a todos los presentes, en especial a su hija.
— Mi hija es la mujer más importante para mí. Su madre hizo un buen trabajo, porque es fuerte, valiente y luchadora. Aunque también algo cabezota, igual que su madre también.
Una vez dicho ésto, la presentó ante aquella muchedumbre. Todos estaban expectantes, había murmullos, sonrisas, hasta clamores, para que la futura Condesa saliera a los escalones.
Cuando Clara apareció, se hizo un silencio ensordecedor. Todas las quinielas que se formaron para ver quien acertaba fueron nulas. Clara hizo un buen trabajo al pasar de incógnito durante tantos años y ahora todo cambiaría para ella.
Dió su discurso, era perfecto. Toda ella lo era, por un momento se sintió feliz de ser quien era, pero triste porque perdió lo que amaba. Miró hacia el público y se encontró con los ojos de Laura. Sin dejar de mirarla, continuó hablando.
— Hoy empieza una nueva vida para mí y se con quienes puedo contar para esta siguiente etapa.
Laura sintió una punzada de dolor, se dió cuenta que Clara lo sabía todo y aunque intentó el resto de la noche hablar con ella, le fue imposible. Hasta que la seguridad del Conde la obligó a salir por la puerta de atrás.
Objetivo Principal: 8.- Escribe un relato sobre un baile.
Cuentos y leyendas: C.- Pedro y el lobo.
Criaturas del camino: VI.- Ángeles/ Demonios.
Objetos ocultos: 7.- Una docena.
21.- Sangre azúl.
Contiene: 2020 palabras.
Bechdel: Sí.
LGBT: No.
Brújula: No
Brújula: No
Aquí os dejo los blogs y los twiter de nuestras organizadoras: @MUSAJUE ( plumakatty.blogspot.com.es ) y @Stiby2 ( nosoyadictaaloslibros.blogspot.com.es ), donde encontraréis las bases del #OrigiReto2020.
La anunciación de Da vinci
¡Hola, Chery!
ResponderEliminarNo me esperaba todo el engaño por parte de Laura, la verdad. Ya desconfié cuando Clara la vio ligando con el conde, y resulta que todo lo que se murmuraba en el baño sirvió para confirmarlo. Una pena, porque parecían una pareja muy dulce al principio de la historia.
Lo único que me ha chocado un poco es que Clara parece confiar muy rápido en Laura. Basta con que Laura hable un poco de Da Vinci fingiendo que sabe mucho sobre él y, en segundos, Laura piensa que están hechas la una para la otra. Un poco apresurado, en mi opinión, aunque entiendo que en estos relatos tenemos pocas palabras y quizás tenías que correr para llegar al final (que ambas chicas estuvieran en el baile).
Interesante el giro de los hechos durante la ceremonia. Me ha gustado la escena de Clara saludando a su padre y me ha dejado con ganas de saber más sobre él.
Un saludo, espero que la cuarentena se te esté haciendo lo más llevadera posible.
Muchas gracias, me alegro que te haya gustado. He intentado dar esa pausa de varias semanas, cuando llega el momento del baile, por lo visto me falta práctica para darlo a entender jejeje. Pero seguiré practicando.
EliminarSe lleva lo mejor posible, espero que tu también lo lleves bien.
Interesante relato. Me gusta el giro de acontecimientos y sobre todo que de repente cambie de protagonista, la primera parte Laura y luego Clara.
ResponderEliminarUna cosita, cuando Clara da el discurso pone que mira a los ojos a Alicia, supongo que querías decir "Laura".
Saludos y nos vamos leyendo.
Muchas gracias, me alegro que te haya gustado y madre mía, que metedura de pata jajaja, eso que lo releí varias veces. Pero bueno, se corrige y punto. Menos mal que soy novata.
EliminarSe me ha hecho corto, cuando he llegado al final no me podía creer que terminara ahí. ¡Y eso que has usado el máximo de palabras!
ResponderEliminarLaura no ha sido muy buena investigadora y ha perdido todo por la ambición. Un triste final para ella y en parte para Clara.
Me ha gustado mucho la historia. Espero volver a leer algo tuyo pronto. <3
Muchas gracias, me alegro que te haya gustado, intento hacer lo mejor posible, con el tiempo seguro que saldrán mejores.
Eliminar¡Hola, Chery!
ResponderEliminarCon el «estamos en el siglo XXI» quedé loca. ¡Me pase más de la mitad del relato creyendo que estaba ambientando en el siglo XV o XVI! ¡¿Qué se yo?! En un siglo dónde la monarquía fuese predominante y a las mujeres ya les permitirsen ir a la Uni. Aunque con todos los detalles que se muestran del complot de Laura, es evidente que queda mejor en el siglo XXI.
¡YO NECESITO SABER MÁS DEL CONDE! O sea, no tanto del conde es sí sino de su relación con su hija. Se me hizo muy dulce, muy comprensivo, un papi genial. 💜 Mira, no todos le darían la libertad y privacidad que él le dió a su hija. Que Clara sea sencilla, pero sepa manejarse en su papel de condesa, me encanta. O eso entendí: entendí que es una chica más bien introvertida, muy celosa con su privacidad, pero también perfectamente conciente de su papel como parte de la realeza. Me encanta, me encantan los pjs que no son desgraciados, pero tampoco se menosprecian. Y me duele porque ¿toda la escena de Laura coqueteando con SU PAPÁ? Hay cosas que deben doler menos que eso, chama.
Admito que se me hizo muy brusca la forma en la que inicio la relación. O sea, tres francesitas mal hechas j ¡ka-bam! agéndate el corazón de Clara. Pero entiendo que pudo costarte su inicio, que el límite de 2020 palabras es fuerte y que querías centrarte en la escena del baile.
Laura me cayó mal desde la primera línea. "La más empollona de la facultad" o sea ??????? no me gustó. Luego ¿todo ese coqueteo con el conde? Muy bonitas intenciones habra tenido con Clara al querer mudarse con ella, pero una arpía es una arpía así se vista de santa. La ambición y falta de conciencia por los sentimientos de los demás jodió a Laura. O no la jodió, pero sí hizo que me cayese mal. Lo siento, pero espero que se quede muy lejos de mi Clara. Nada de arco de rendeción para Laura o segundas oportunidades. se JODIÓ. Bai,bai.
¡Nos seguimos leyendo!
Besos,
Carly.
Hola Chery, que buen relato!!! Se me ha hecho corto, y eso es gracias a la agilidad de tu pluma. Maldita Laura! dije de inmediato cuando señalaste la artimaña! pero creo que Clara sale muy bien del paso, con sus últimas palabras que fulminaron a Laura. Excelente alusión a la enseñanza que deja Pedrito y el lobo!!!
ResponderEliminarNo me queda mas que felicitarte
Un abrazo desde Chile!
Hola Chery:
ResponderEliminarA mí también se me ha hecho corto, la verdad. La idea es muy original y el final es espectacular. Me hubiera gustado leer algunas escenas más largas, no cambiando de escenario tan rápido. Meterle más descripción, como consejo :)
Los diálogos sí están bien, muy naturales. Me da pena cómo la engaña pero al final se lleva su merecido, irse por la puerta de atrás xD.
Un saludo y nos leemos compi :)