Reseñas-Auto evaluación

Microrelatos

jueves, 31 de octubre de 2019

INSTITUTO


  Y llegó el mes de Octubre, mes de Halloween, así que presento mi relato, en honor a esos monstruitos que a todos os gusta, Los Zombis 😡☺☺☺

ᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧᙧ




  Al final mis padres me han convencido para que vaya a esa maldita fiesta, bueno en realidad no es que me convencieran, pero es la única manera de que no me sigan dando la vara. No sé porque no pueden entender que yo soy feliz así, encerrada con mis libros, mis historias de cada mes para el Origireto, mis dibujos que me relajan.
  
  Así que tengo un día para ver que disfraz voy a usar, pero mientras me decido voy haciendo mi boceto para que todo sea perfecto. Miro tutoriales en You Tube para poder hacer mi maquillaje súper real y sobre todo para que nadie me reconozca, no quiero que luego se estén burlando de mí en el instituto.
  
  Son casi las diez de la noche y estoy lista para salir, cuando llego al comedor, mi madre se pega un susto de muerte, bueno de eso se trata Halloween, asustar a los demás. Aunque es una fiesta que para nosotros no tiene ningún sentido, pero así somos, copiamos todo lo que vende.

         
        —     Lisa, estas, bueno no sé cómo decirlo
        —     Mamá es un disfraz de zombi, no tienes que decirme nada, solo si está bien.
        —     Está perfecto, ¿quién te ha maquillado?
        —     Mamá, soy una artista, me ofende tu pregunta.
  
  Nos echamos a reír y luego me da un fuerte abrazo, sin antes darme un mensaje a lo bajito, de que me divierta, que es lo que tengo que hacer a mi edad.
  
  Pongo cara de no me fastidies y nos volvemos a reír, cojo mi mochila y me dispongo a disfrutar, a soltarme por una vez, aunque no sé si llegaré a arrepentirme de esto.
  
  Mientras me dirijo al Instituto, voy pensando quién será capaz de reconocerme, en realidad he hecho un trabajo estupendo con mi disfraz. La idea de los carteles, dando pistas a mis compañeros para que adivinen quien soy, es una estrategia estupenda.

  Voy disfrutando de los adornos que cada familia se ha esforzado en hacer, pero también cada chapuza, con tal de salir del paso. Los niños todos felices pidiendo caramelos y pasándose a lo grande, pensar que este tipo de festejos jamás me llamaron la atención, pero ahora me siento entusiasmada, nerviosa y algo preocupada también.
  
  Me quedo a las puertas del edificio, donde todos los días vengo a estudiar, para mí es un templo de sabiduría y verlo así, con todas esas pintadas, telarañas, murciélagos, ese estado lúgubre, me dan escalofríos. Entro lentamente, voy escuchando la música a todo volumen, la gente gritando, así que pienso que se lo están pasando a lo grande.
  
  Al entrar me quedo sorprendida, porque casi no se ve nada, las luces están apagadas, lo único que da algo de claridad son las led que nos pidieron los profesores para que todo sea un poco más tétrico y emocionante. Pero en este momento pienso que es más tenebroso de lo normal.
  
  Siento el ambiente demasiado cargado, a pesar de que aún no encuentro a nadie, me parece raro que por la hora aún no llegase nadie, así que decido explorar un poco el lugar, seguro que se estarán escondiendo para darme un susto de muerte. Me acerco a la gran mesa, para tomar un refresco, la garganta se me ha quedado seca, pero me es complicado porque tengo las manos sudorosas, si sigo así, perderé todo el maquillaje.
  
  A tientas voy buscando el servicio para retocarme un poco, cuando tropiezo con algo que no logro distinguir, me agacho para ver qué es y me quedo paralizada, un brazo,cómo es posible, seguro que han desperdigado partes de algún maniquí de la clase de anatomía. Cuando lo tengo en mis manos me doy cuenta que no es así, está suave, pegajoso por la sangre que tiene y sobresalen sus tendones.
  
  Voy dando marcha atrás con pasos lentos, intento retener el grito en mi garganta, pero resbalo con algún líquido desparramado y termino de culo en el suelo, mis manos están llenas de algo viscoso y rojo.
        —     Ohh Dios sangre, sangre, sangreeee

  Pego un grito lleno de pánico, empiezo a pedir ayuda como una loca y mi mente trabaja como un ordenador a toda velocidad, intentando descifrar qué es lo que ha sucedido, pero de repente escucho gruñidos y pasos tras de mí. Los veo acercarse poco a poco, tengo que idear algo para que no sea la siguiente en terminar a trocitos.
  
  Mi disfraz de por sí ya está preparado para este momento, solo tengo que comportarme como ellos, ser uno más y disfrutar del banquete que tengo frente a mí. Vuelvo a sostener el brazo que hace un momento había encontrado y mancho mis labios con la sangre que tengo en las manos y disimulo que estoy disfrutando de aquel gran bocado.
  
  Estoy segura que esto funcionará, tiene que funcionar o estaré completamente perdida. Cuando están más cerca de mí, hago como que no les veo, continúo con el esfuerzo de no devolver y seguir con el plan hasta el final. Pasan muy cerca, pero no se paran, continúan caminando como si estuvieran hipnotizados y mi cuerpo comienza a relajarse, aunque no tanto como quisiera, porque tengo que salir de aquí como sea.
  
  Me dirijo a la puerta a gatas, no tengo fuerzas para ponerme de pie, me tiembla todo el cuerpo y siento que la bilis me va subiendo poco a poco hasta la garganta, pero tropezó con unos pies y mi cabeza empieza a latir como si el corazón se hubiera cambiado de sitio por un momento, voy subiendo la mirada y me encuentro con un avestruz disecado, me supongo que pensaría que le daba más vidilla a esta fiesta, de lo que realmente ya tiene de sobra.
  
  No puedo continuar más, siento un hormigueo en todo el cuerpo, así que me escondo tras semejante bicharraco y decido descansar un poco, intentar tranquilizarme, porque no se ya no en que parque estoy, ni donde está la puerta más cercana. No sé porque comienzo a llorar, sin darme cuenta llamo la atención de aquellas criaturas.
  
  Se van acercando poco a poco, aquí no tengo escapatoria, me encojo lo que más puedo, pero sé que me alcanzarán en cualquier momento. Siento unas manos en la cabeza, me tiran del pelo, ya da igual grito, chillo todo lo que puedo para que alguien me escuche, pido ayuda, doy patadas, puñetazos y a lo lejos escucho la voz de mi hermano.
        —     Rob, estoy aquí, ayúdame (gritando como una loca)
        —     Lisa, despierta, despierta, despierta (con zarandeos)

  Pego un salto de la cama, Rob está junto a mí, jamás me sentí tan feliz de verle. Estoy completamente empapada de sudor, no me puedo creer que todo haya sido una loca pesadilla y por primera vez en toda la noche me siento tranquila y a salvo.
  
  Decido darme una ducha, quitarme todo ese malestar de una vez y de repente escucho esos gruñidos, me recorre un escalofrío por todo el cuerpo, me dirijo lentamente al cuarto de mi hermano y lo encuentro jugando a ese estúpido videojuego de zombis. Así que lo agarro y lo tiro por la ventana, se acabaron los zombis por hoy. Rob me mira perplejo y asustado, le planto la mirada, doy media vuelta y a la ducha se ha dicho.


Objetivo: 2 (Escribe un relato en el que aparezcan zombis).


Objetos: 14 (Un avestruz disecado).
                 29 (Un videojuego).
Palabras: 1211
Contado en primera persona y en presente.
Verborrea interminable.

Aquí os dejo los blogs y los twiter de nuestras organizadoras: @MUSAJUE ( plumakatty.blogspot.com.es ) y @Stiby2 ( nosoyadictaaloslibros.blogspot.com.es ), donde encontraréis las bases del #OrigiReto2019.




2 comentarios:

  1. ¡Hola! No me extenderé mucho porque he llegado un pelín tarde a publicarlo todo también y es todo un poco caos. Y nada, me ha gustado mucho tu relato, has conseguido mantener una tensión constante cuando Lisa está en el instituto con los zombies y como ella intenta escapar. La verdad es que esa tensión es muy difícil de conseguir y que, además, funcione como tiene que funcionar y de verdad que lo has hecho perfectamente bien. Es un placer, te hago un minispoiler, porque seguramente utilizaré este relato para mi micro ;P

    Un abrazo :3

    ResponderEliminar
  2. ¡Hola! Qué guay, un relato de zombies para Halloween, nada más apropiado.

    Me ha impactado la escena en que finge ser un zombie para que no la coman, uf, qué angustia. Eso sí, me imagino al final la cara del hermano cuando tira el juego, pobre xD.

    Como parte negativa, el final "todo era un sueño" ya es un poco cliché. Pero por lo demás, buen relato. ¡Hasta luego!

    ResponderEliminar