Reseñas-Auto evaluación

Microrelatos

lunes, 30 de marzo de 2020

MI DULCE DELIA


Con dos meses sin escribir, os dejo mi relato de Marzo, espero que os guste, que cumpla con los objetivos y se pueda entender.


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 Recuerdo haber estado sentada en aquel Sauce llorón, con mi capa roja, aquella que mamá me hizo para que no pasara frío, cuando te sentí llorar, abrazada a mi árbol, llevabas la misma capa roja y de repente me eché a reír.  Intenté no moverme, para que no supieras que estaba allí, pero me fué imposible porque mi risa me delató y comenzaste a reír también.

  Me mirabas con esos ojos tan preciosos, llenos de fuerza, coraje, tristeza y cristalinos como un arroyo. Bajé lentamente y te abrace con todas mis fuerzas, tu respondiste con un abrazo cálido, como si fuera yo la persona más importante de tu vida..

   Después de unos minutos nos sentamos apoyadas en mi Sauce, cogidas de la mano, como si nos fuera en ello la vida,  como si nos volviésemos a ver después de tanto tiempo y no pude decir nada. No fueron necesarias las palabras, nuestras almas se conocían y simplemente se encontraron.
— Delia, así te llamas.
— Y tu, Sara.

  Fueron las únicas palabras que dijimos, no fue necesario más. No sé como, pero ya conocíamos todo, la una de la otra. Con cinco años sabíamos más que mil vidas. Y fué en ese mismo momento, cuando se creó la magia de nuestra amistad. Como una canción, hecha para nosotras, infinita, eterna, para siempre. 
  Sabíamos que nuestra amistad nos atravesaba el alma, un sentimiento que nunca se va. Que no conoce la distancia, ni la desconfianza, porque lo que viviera cada una, la otra también lo vivirá.
  Fuimos felices en esa época, reíamos, jugábamos. A medida que pasaba el tiempo y crecíamos, nos hacíamos más fuertes. Pero vivíamos una época nefasta, siempre escondiéndonos, disfrutando de nuestra soledad, hasta que conocimos a Marga.
  Tu estabas feliz de encontrar a alguien igual que nosotras, yo diría que estabas enamorada, aunque no querías reconocerlo, pero a mi no me gustaba, había algo en su mirada, puede ser envidia, odio, terror. Yo sabía que escondía algo oscuro y siniestro, simplemente tuve que esperar, hasta que te dieras cuenta.   
  Una noche, Marga no llegó, lloraste amargamente, pero aceptaste la realidad, no era aquel amor que esperabas y por un momento sentiste miedo, miedo de cometer el error más grande de tu vida. Nos sentamos en nuestro árbol, era luna llena y estábamos listas para el hechizo de reconocimiento espiritual, aquel que nos haría recordar quiénes éramos, a pesar del tiempo y más allá de la muerte. 
  Colocamos romero alrededor del Sauce, nos cogimos de la mano y abrazamos a nuestro cómplice de juegos, aventuras, tristezas y alegrías, él también sería parte de nosotras para la eternidad
    La magia se produjo, el viento sopló fuertemente y pudimos ver todas esas vidas por las que pasaremos, las veces que nos volveremos a ver. Siempre estaríamos en el mismo lugar, junto a ese Sauce llorón, ese que nos dió la oportunidad de conocernos, que paso con nosotros la infancia, la adolescencia, el amor y hasta nuestra muerte.
   Sentimos el grito de la gente, vimos a lo lejos las antorchas, sabíamos que venían a por nosotras, pero el miedo no nos paralizó. Me miraste con firmeza, con dulzura como siempre y me diste la fuerza necesaria para no huir, era nuestro momento, el destino, la realidad de una época marcada por el miedo a lo diferente.
  En primera fila estaba Marga, secundando aquel séquito de pueblerinos que querían nuestras cabezas. Te plantaste frente a ellos, miraste a Marga con dolor, dolor de la traición, del desconocimiento que tenía toda esa gente y pronunciaste a voz en grito:
— El lobo, es un animal carroñero, disfruta del dolor ajeno, tiene paciencia y se aprovecha de su presa, hasta que llega el momento y ataca. No lo hace de frente, porque su miedo es más grande que su hambre.
  Me sentí orgullosa de ti, te enfrentaste de una manera inteligente y sabia. Marga no pudo articular palabra, simplemente agacho la cabeza. Pero yo soy más impulsiva y de mi boca salió algo que jamás pensé decir.
— Malditos aquellos que no ven más allá de sus conocimientos, que se creen superiores a los demás, que le temen a lo diferente. En cada reencarnación seréis diferentes y pasareis el calvario del acoso y la frustración. Jamás conoceréis la felicidad.
   Nos cogimos de las manos con fuerza, el viento soplaba más fuerte, las ramas del Sauce se alzaron enrabietados, escupiendo sus hojas. Nuestras capas nos protegían del viento, la arena y el dolor, por todo lo que ocurriría a continuación.
  En dos grupos nos cogieron a la fuerza, llevándonos a la plaza del pueblo. Lo tenían ya todo dispuesto para nuestra ejecución. Escuchaba gritos de brujas, muerte, malvadas, gente que pedía nuestras cabezas, otras que pedían clemencia. Pero cuando la ruleta empieza a girar, no la puedes parar.
  Pero no hubo tristeza, miedo, ni dolor, estábamos juntas y fue lo importante. Fuimos las primeras brujas en ser quemadas en el mundo, pero no las últimas y eso no paró el reloj. Pero tampoco cambió nuestro destino. Unidas nuevamente por nuestras manos, amarradas en aquel poste en medio de la hoguera.
  Y con la voz en alto, volvimos a construir nuestra magia:
— “En la misma calle, bajo el mismo cielo y aunque todo cambie, no nos perderemos”. “Abre bien los brazos, mándame un aviso, no te quepa duda, yo te encontraré”. “No te atrevas a dudar, todas las cosas que vives, si son sinceras como tú y yo, sabes tú que jamás terminarán”., 
   Fué una de las muertes más atroces y dolorosas. Aún siento las llamas quemando mi piel, tu voz susurrandome que todo acabaría en nada y nuestras manos pegadas hasta el último aliento.
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   Otra de aquellas vidas que recuerdo, fué cuando me dirigía a nuestro Sauce y estabas allí sentada, con los ojos cerrados, llamándome con el pensamiento, sentiste mi presencia y me replicaste que llegaba tarde.
  Al mirarnos no pudimos parar de reirnos, éramos completamente diferentes, nuestra piel tenía un tono oscuro, que diablos, éramos negras. Seguíamos siendo las mismas, con nombres diferentes, pero Delia y Sara igualmente, nadie entendía porque nos llamábamos así, tampoco tuvimos que dar explicaciones.
  A pesar de las circunstancias, fuimos tan felices. Sirviendo a los señores, durmiendo en los barracones y pocas veces siendo castigadas a recibir latigazos por desobediencia o por hacer algo mal. 
  Digo que fuimos felices, porque pudimos tener familias, unos hijos maravillosos. Unos amos que dentro de todo lo malo, jamás nos separaron. Sabían que éramos las mejores en nuestro trabajo y cumplíamos con nuestro deber, de abrir las piernas cuando ellos querían y sin rechistar.. 
  Nuestro final llegó al mismo tiempo, ya viejas. Jamás estuvimos enfermas, pero llegó un momento que nuestros cuerpos no resistieron más. Siempre juntas, siempre unidas, hasta el último aliento.
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  En pleno siglo XXI, nos volvimos a encontrar. Pero ahora es aún más fácil, porque se han creado asociaciones, se defienden muchos derechos. Y a pesar de que mi cuerpo es diferente sigo siendo la misma.
  Después de tantas luchas con mis padres por cambiar mi físico, tú has hecho que lo entiendan. Que su amor tiene que ser incondicional, porque yo siempre seré aquel niño al que le inculcaron valores de respeto, amor, sencillez, lucha y constancia.
— ¿Recuerdas el Sauce donde nos conocimos?
— Como olvidarlo mi caperucita roja (risas)
— Te cuento que lo encontré, buscando por internet. Aún sigue en pie.
— No me lo puedo creer. Eso significa que quieres ir a verlo.
— Mi operación para el cambio de sexo es en dos meses, podríamos cogernos unas vacaciones antes y volver a nuestros orígenes.
— Me encanta la idea, pero ¿como hago con los niños?.
— Pueden venir con nosotras, deben conocer nuestra historia, será bueno para ellos.
  Y así fue, volvimos al comienzo de nuestra amistad. Nuestro árbol, nos reconoció al instante, sus ramas se mecían, dándonos la bienvenida y lloramos de felicidad, mientras le abrazamos con fuerza y gratitud, por seguir aún en pié.
  Los niños estaban felices, corriendo de un lado al otro, libres de todo prejuicio, inocentes y conectados con nuestro pasado. Nos recostamos sobre las flores, mirando el cielo, porque como nuestra magia predijo. Estamos bajo el mismo cielo, en la misma ladera y jamás nos perdimos.
  Mi dulce Delia, quien podría pensar que viviríamos tantas aventuras juntas. Tantos cuerpos distintos, pero las mismas almas, reencarnando una y otra vez. Aún nos queda mucho por vivir, pero siempre estaremos allí, al pié del cañón. Y tu siempre siendo mi dulce Delia.
  
   

   
Objetivo Principal: Escribe una historia de amistad infinita.
Cuentos y leyendas: F.- Caperucita Roja.
Criaturas del camino: II.- Brujas-Hechiceras.
Objetos ocultos: 8.- Flores.
23.- Magia.
Contiene: 1412 palabras.
Bechdel: Sí.
LGBT: Sí.

Brújula: Si
Creo que no se me escapa nada más. Pero aunque no entra en el Objetivo principal, también contiene una canción. Os dejo el video.


Aquí os dejo los blogs y los twiter de nuestras organizadoras: @MUSAJUE ( plumakatty.blogspot.com.es ) y @Stiby2 ( nosoyadictaaloslibros.blogspot.com.es ), donde encontraréis las bases del #OrigiReto2020.



   


  
  





6 comentarios:

  1. Buenas tardes

    Leído el relato. La verdad es que me ha gustado bastante por varias razones. En primer lugar, por el estilo. La narración es muy bonita y muy fluida. Luego, está la idea del sauce como un elemento que siempre está ahí, que pervive durante todas las reencarnaciones de las dos protagonistas.

    Solo he encontrado una frase que creo que tiene una errata: "Lo tenían no todo dispuesto para nuestra ejecución" Creo que ahí el "no" sobra, porque lo tendrían todo dispuesto para la ejecución.

    Enhorabuena por el estilo y por la idea del sauce como elemento que sirve de nexo a los dos personajes.

    Un saludo.

    Juan.

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    1. Muchas gracias, me alegra mucho que te haya gustado, errata corregida y te cuento que lo del sauce fue, porque en mi niñez yo me subía a un árbol de aguacate jajaja. Pero aquí el Sauce queda mejor.

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  2. Hola.

    Me ha encantado este relato. Me ha tocado la fibra y lo voy a recomendar porque soy una romántica 100%. Me gusta que represente la amistad infinita, aunque en el fondo yo quiero que se casen o algo, xD.

    "No fueron necesarias las palabras, nuestras almas se conocían y simplemente se encontraron." Precioso. Ahí casi lloro, supongo que porque he llegado a sentir eso.

    Un pequeño apunte, la palabra "como", lleva acento si formulas una pregunta.

    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias, yo también soy una romántica empedernida y aunque suene imposible, me pasó cuando conocí a mi esposo, es como si ya nos conocieramos de toda la vida. Tenía que ponerlo, aunque fuera solo una amistad, era el plan para el objetivo principal.

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  3. ¡Hooooooolaaaaaaaaaa, Chery!

    ¡PERO QUÉ HISTORIA MÁS PRECIOSA! La amistad entre estas dos es TAN BONITA. 😭😭😭 admito que los cambios de pasado a presente me hicieron salirme de la lectura en ciertas partes, pero de resto yo estuve totalmente inmersa en el relato.

    El estilo narrativo presente en todo el relato es tan fluido; sinceramente, es una historia sencilla, bonita y fácil de leer. Gracias por crear algo tan bonito ¡y felicitaciones por TREMENDO RELATO, Chery! Ojalá sigas trayendo muchos relatos más al Origi para leerte. Ha sido un placer.

    Entre todo la etéreo y bonito del relato, en la parte donde se menciona el abuso a las chicas me he sentido mal. Ha sido una gran patada en medio de toda la suavidad de la historia. 😣

    La referencia a La Caperucita Roja me ha recordado a la peli de Amanda Seyfried. x'D

    Besos,
    Carly.

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    1. Muchas gracias, intento hacerlo lo mejor posible, cuesta porque en mi mente va fluido, pero luego al cambio de las palabras es complicado.
      En relación a los abusos, era algo que pasaba en esa época con los esclavos. Una manera de seguir con la vida de aquellas hermosas almas, no les importaba en absoluto todo el sufrimiento. Lo importante era que siempre estaban, la una para la otra.

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