Casi terminando Julio, puedo decir que es un relato que dentro de o que cabe, quedó mejor de lo que esperaba, una idea que tenía en mente hace dos meses. Espero que os guste y cumpla realmente el objetivo planteado.
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Madre siempre nos decía que el 5 era el número del equilibro,
en el constaban los 5 elementos, así como los 5 planetas con los que estaban en
concordancia. Madre nos enseñaba a estar
en armonía con ellos siempre, decía que era el equilibro que el ser humano
debía tener. Sobre todo allí en la tierra, ya que disponíamos de todos los
elementos en su conjunto.
Pero mi hermana Joy
nació débil, mamá decía que no tenía en ella el número 5 como nosotras, fue la
única que nació en…. En realidad en medio de la nada, en una nave huyendo de
nuestro planeta, que estaba completamente destruido, así que no tuvo consigo el
número 5, en realidad no tiene ni 1.
A pesar de esta mala
suerte, para madre es un logro que nuestra hermana tenga ya 14 años, podía
haber muerto en cuanto llegamos a Saturno, pero es un planeta que solo tiene un
elemento, por eso ha vivido tanto tiempo y ahora estamos encomendadas a buscar
su equilibrio en este viaje. Tenemos que conseguir llegar a esos 4 planetas,
donde se encuentran cada uno de los elementos restantes para mi hermana.
A penas tenemos un
año para recorrerlos y llevamos años planeando la mejor estrategia, para poder
cumplir con nuestro objetivo, nuestra hermana depende de nosotras. Ni las
medicinas modernas, ni los curanderos han podido hacer más y madre dice que
cuando cumpla los 15 todo acabará para ella. Somos su último recurso y ella lo
es todo para nosotras.
—
Grace:
¿Tenéis todo listo?, Tenemos que partir ya.
— Mercy:
Si, Joy se está despidiendo de mamá y pidiéndole la bendición por parte de los
Dioses.
—
Grace:
Sé que tiene miedo, pero es nuestra última opción. Si muere, que sea luchando.
— Mercy:
Es aún una niña Grace, no puedes pretender que sea fuerte y menos sabiendo que
puede no volver.
—
Grace:
Con mayor razón, su fe debe ser más fuerte ahora, luchamos con ella y es
posible que nos destruyamos con ella, sino logramos nuestro objetivo.
Nos despedimos también de mamá, ayudamos a Joy a subir a la nave,
despegamos y desde la ventana vemos a madre llorar, puede que sea la última vez
que la veamos. Dejamos poco a poco atrás Saturno, el planeta que fue durante
muchos años nuestro hogar, el planeta de la “Gracia y el poder”.
Ponemos rumbo a Júpiter que es el más cercano, llevamos suficientes
provisiones para poder aguantar este año, gracias a Joy que come muy poco, no
será necesario racionar tanto la comida. La mayoría del tiempo pasa dormida, ya
que con la medicina que le administro para los dolores, la sumergen en un sueño
profundo y puede estar así 24 horas.
Recuerdo que cuando abandonamos la tierra, madre nos encomendó coger
tierra suficiente para plantar un pequeñísimo huerto, para sus plantas
medicinales y gracias a ello, podemos controlar las fiebres de Joy, como decían
nuestros ancestros Fu-tse y Ts’ao wut’ou
(plantas para el catarro, fiebre y tos).
Llevamos ya dos meses y medio en la nave, por lo que dicen nuestros
controles es que quedan aún quince días para llegar, no me acordaba de lo
cansado y estresante que es estar tanto tiempo encerrada, desde la primera vez
han pasado 14 años y al ser una nave más grande y con mucha más gente, creo que
fue divertido.
— Mercy:
Grace creo que Joy está cada vez peor, las hierbas hacen menos efecto, duerme
cada vez menos y está entrando en una melancolía que no la deja comer tampoco.
— Grace:
Tendremos que buscar alguna manera de entretenerla, ¿Has traído tu violín?, sé
que no vas a ningún sitio sin él y a Joy le encanta escucharte tocarlo.
—
Mercy:
Si lo tengo en el camarote. Voy a por él.
Cuando volvió se sentó al lado de Joy y comenzó a tocar una melodía
suave, como si fuera una nana. Mercy siempre ha tenido talento para ello, de
esta manera conecta enseguida con Joy y puedo ver en su mirada tranquilidad y
alegría.
Las dejo un momento a solas, me dirijo a mi camarote y busco en la
maleta un cuaderno de dibujo y unos carboncillos que compre el día antes de
emprender el viaje. A Joy le encanta dibujar y se le da de maravilla, así que
regreso y le animo a que dibuje, es su manera de perderse por un momento de la
realidad.
No sé cómo lo hace, madre siempre le contaba sobre tierra, las plantas
hermosas que había, los animales que habitaban con nosotros, los majestuosos
edificios que se habían creado y a pesar de no haberlos visto nunca, ella los
plasmaba en el papel de una forma que parecía que los tenía posando para la
ocasión.
Así pasamos los días que nos quedaban, hasta que llegamos a Júpiter, el
planeta de la “Magnanimidad y la dulzura”, nos pusimos nuestros trajes y
bajamos a explorar. Llevamos a Joy hasta un espacio abierto, la dejamos sentada
para que pudiera conectar con él, es algo que lo tiene que hacer ella sola.
Al cabo de media hora Joy nos hace una señal para ir a buscarla, está
completamente agotada, esto requiere de una gran concentración y ha estado
practicando con madre por mucho tiempo.
Volvemos a la nave y partimos nuevamente, ahora rumbo a Marte, el
planeta de “Aventuras e Imaginación”, que por cierto de eso tengo mucho.
Gracias a ella, los arquitectos me ayudaron a construir esta nave. Adaptada
exclusivamente para nuestra hermana, con su recamara especial, para que tuviera
el oxígeno y las comodidades necesarias para este viaje.
Mercy se pasa casi todo el tiempo en la recamara de Joy, siempre han
estado más unidas, se cuentan confidencias, amores, temores y sueños. Soy sin
embargo soy más práctica, analítica y de acción. Pero así y todo nos queremos,
no podemos vivir la una sin la otra y las 3 formamos un todo, cada una con sus
defectos y virtudes.
Han pasado ya casi 3 meses desde que salimos de Júpiter, siento que en
cualquier momento me estallará la cabeza de tanto encierro, hasta que Joy me
saca de mi ensimismamiento. Estamos mirando por la ventana muchas estrellas
fugaces, con el fondo de la negrura se ven espectaculares, cuando siento el
tortazo de mi hermana. Corremos hacia ella, nerviosas, desesperadas por que ha
empeorado, han comenzado ya las convulsiones y eso es una mala señal.
Los paneles de control comienzan a repiquetear, indicando que estamos
llegando, así que dejo a Mercy que se haga cargo de Joy, mientras tomo el
control de la nave para poder aterrizar. Hago lo mejor que puedo, ya que sola
es más complicado, pero con todas las fuerzas de mi ser, aterrizo casi sin
ningún problema.
Nos ponemos los trajes rápidamente para llevar a Joy hasta un lugar
apartado, después de las convulsiones, no estoy segura que pueda meditar, pero
tenemos que intentarlo, es la única opción. A la hora nos hace señal para que
nos acerquemos a por ella, esta vez ha tardado más de lo previsto, pero lo ha
conseguido, que es lo importante.
Despegamos nuevamente, vamos hacia el cuarto objetivo, Venus planeta del
“Placer sensual, de la Beligerancia y de la Autoridad”, aunque no sé de qué le
puede servir este a mi hermana, porque siempre fue bella y sensual, pero allí
vamos. A lo mejor puedo yo conseguir algo de sensualidad, porque soy un cero a
la izquierda, aunque de autoritaria tengo demasiado.
A este no tardamos mucho, apenas dos meses, pero Joy cada día está peor,
no estoy muy segura de que pueda aguantar, pero tenemos que hacer lo imposible
si es necesario. Llamo a Mercy para que
me ayude a aterrizar, deja el violín a un lado y le da un beso en la frente a
nuestra hermana.
Volvemos a ponernos los trajes y continuamos con el mismo procedimiento
que en los planetas anteriores. Esta vez Joy nos pide que nos quedemos junto a
ella, no sabe si tendrá las fuerzas suficientes para meditar sola, así que nos
pide que meditemos con ella. Nos cogemos de las manos y empezamos con la
concentración.
Una vez que terminamos volvemos a la nave, con una gran parsimonia, Joy
se cansa mucho y debemos tener mucho cuidado. Nos ponemos en marcha hasta
nuestro último objetivo, el más largo y el más peligroso. Mercurio el planeta
de la “Inteligencia, el Riesgo y La retirada”.
Mi hermana Joy nació el 22 de Agosto, según el calendario occidental su
signo es Leo, de gran carácter y según nuestro calendario es el Yan, su
elemento el metal, su color es el blanco, guiada por el planeta Venus, su signo
el Mono (Soy lo inesperado) y sus cualidades es ser “Confiable, Útil y Fuerte”.
Creo que por estos motivos ella ha aguantado tanto, se aferra a la vida con una
fuerza indescriptible y eso la hace especial.
Llevamos 120 días de viaje, Joy prácticamente ya no está con nosotras,
la hemos acostado en la cápsula que construí exclusivamente para ella, donde
dormiría el resto del viaje, por si las cosas empeoraban y esta era esa
ocasión. Mercy se ha sentado a su lado todos los días, tocándole el violín,
comentándole sus pensamientos e intentando darle fuerzas para cumplir la última
travesía.
Le pido a mi hermana que me deje a solas con ella, estaba decidida a
enfadarme y restregarle todo el sacrificio que hemos hecho para que ahora ella
renuncie. Pero no me dio tiempo a decir nada, la nave comenzó a tambalearse,
Mercy gritaba como loca para que la ayudara.
Cuando llegué a la sala de control, vi que las cosas iban a empeorar,
posiblemente no saliésemos de esta, una lluvia de meteoritos nos estaba
avasallando, tenía claro lo que debía hacer, pero eso nos llevaría a perder de
2 a 3 días y no teníamos casi tiempo. O nos desviábamos o moriríamos todas.
Cuando ya pudimos estabilizar la nave y dejar atrás los meteoritos, nos
comenzamos a relajar un poco, aunque la preocupación por mi hermana era cada
vez más grande. Corrimos a ver como estaba, que después de tanto turbulencia
seguro se despertaría y efectivamente, lo estaba, pero lo más grave de todo es
que la capsula estaba rota.
La llevamos a la cama, estaba agitada, temblorosa y muy asustada,
mientras Mercy le daba sus medicinas, yo intentaba arreglar la capsula, sin
conseguir resultado alguno. Me consumía la frustración, la rabia y el miedo.
Escuche a Mercy gritar y llorar como una posesa, corrí al camarote de
Joy. La vi blanca, con un semblante que transmitía paz. Las lágrimas recorrían
mi rostro, esto no podía estar pasando, me arrodille a su lado, le cogí de la
mano y lloré sin parar, una parte de nosotras se había ido. Todo el esfuerzo,
el sacrificio para nada, ahora que faltaba tan poco.
Los paneles comenzaron a sonar, fui a ver que sucedía. Ya estábamos
llegando a Mercurio, no me lo podía creer, la lluvia de meteoritos tuvieron que
romper algo porque según mis cálculos aún faltaban días para llegar. Pero ya
que estábamos, intenté aterrizar con sumo cuidado, no quería más desperfectos,
teníamos que volver a casa.
Nos pusimos los trajes por última vez, incluida Joy. Aunque estuviera
muerta no sabíamos que podía pasar si la bajábamos sin él. Buscamos un lugar
apartado y bonito para poder enterrar a mi hermana. Sin poder creerlo
encontramos un gran árbol, con sus hojas verdes como los prados donde crecimos,
frondoso, imponente. Me quite lentamente el casco y podía respirar
tranquilamente, sentí un alivio y una paz, que hace mucho tiempo perdí.
Acostamos a nuestra hermana a los pies del árbol, la cogimos de las
manos y comenzamos a rezar. Pedimos por su alma, que ahora ya estaba en paz y
por nosotras para que nos dé fuerzas para continuar sin ella. Una vez acabamos,
le tapamos el rostro con un pañuelo que madre hizo para ella. Nos levantamos
para volver a la nave y a los 3 metros de distancia Joy nos habló.
No podíamos creer lo que veíamos, había vuelto. Joy volvió.
Objetivo: 7 (Escribe un relato que no suceda en la Tierra. Debe especificarse, no es válido si no se concreta dónde está sucediendo).
Objetos: 10 (Un instrumento musical).
34 (Una resurrección).
Palabras: 2019
Contado en primera persona y en presente.
Cumple con el test de Bechdel.
Verborrea interminable.
Aquí os dejo los blogs y los twiter de nuestras organizadoras: @MUSAJUE ( plumakatty.blogspot.com.es ) y @Stiby2 ( nosoyadictaaloslibros.blogspot.com.es ), donde encontraréis las bases del #OrigiReto2019.
Imagen seleccionada de Pinterest
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