Tras la espera en el aeropuerto nos sentamos a disfrutar de un café y nuestras vidas se vieron reflejadas en el, aquella figura representaba desde un principio, los caminos diferentes que teníamos, llenos de dificultades, dolor y alegrías las justas. Hasta que nuestros mundos se encontraron y el amor nos unió, se llenó de alegrías, comprensión, pasión, paciencia, felicidad, lo que la mitad de nuestra vida buscamos con resignación. Ahora estamos aquí disfrutando del final y a la vez el principio de nuestra luna de miel, con la esperanza de cumplir la otra mitad que nos queda de vida juntos, por el momento endulzándola con un Muffis y un Café.
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